sábado, 17 de noviembre de 2012

RELATOS DE MI NIÑEZ

Continuando con las historias y leyendas de Cadalso, hoy podemos leer esta bonita y tradicional historia de nuestro pueblo, escrita por Concepción Sánchez Colino, espero que os guste:
 

Después de estos años escribiendo relatos y algunas historias, hoy me acuerdo de lo que contaba una de mis vecinas cuando yo era pequeña y ellas algunas muy mayores y otra no tanto.

Los hombres se iban a pasar el rato a las bodegas, las mujeres después de hacer las tareas de la casa, el día que no tenían que ir a lavar la ropa al arroyo o a trabajar al campo cogían  su canasto de mimbre, su costurero y su silla y se salían a coser a la puerta de la calle. Se remendaban las sábanas, los pantalones y se zurcían los calcetines y las medias. Una tarde que estaba yo con ellas una comenzó a decir, os acordáis lo que le paso al hijo de la María por “valiente y fanfarrón” un día que estaban casi todos los mozos del pueblo juntos discutían quien era el más valiente, lo que hacían unos y lo que hacían otros. Fanfarroneando el hijo de la María dijo: vamos a demostrarlo entrando dentro del cementerio dando una vuelta alrededor y luego salir, todos dijeron que no irían por miedo y por respeto a los muertos, este dijo, yo sí. Cuando fueron las doce de la noche subieron todos juntos esperando a que saltara el muchacho, cuando salto por la puerta noto como le agarraban por detrás y muerto de miedo gritaba. ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Ayudadme!, ¡Socorredme!, ¡que me agarran! ¡Que me agarran! Los mozos que estaban fuera corrieron muertos de miedo hacia el pueblo llegaron a sus casas blancos como la jalbiegue, avisaron a su familia y a la del muchacho, al cura, al alcalde, cogieron los faroles y todos juntos subieron al cementerio a ver lo que allí pasaba.

Cuando estaban en la puerta se oía una vocecilla que decía, suéltame hombre que soy joven todavía, entonces las gentes del pueblo con mucho miedo todos juntos decidieron abrir la puerta, donde agarraban al muchacho y cual fue su sorpresa que en la puerta había un clavo muy grande que el muchacho se había quedado enganchado por la espalda al saltar y era el que le agarraba, desengancharon al mocetón y todos se fueron a sus casas, el muchacho estuvo mucho tiempo enfermo y nunca más volvió a fanfarronear.

Esta la historia que yo oí cuando yo era pequeña y nunca olvide.

 

Concepción Sánchez Colino

2 comentarios:

  1. Muy bonita y auténtica. Antes se contaban muchas historias en Cadalso que tenían como protagonistas las cosas de los muertos...
    Enhorabuena, Conchi.

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    1. Gracias, Conchi pronto pondre la misma historia pero en verso de otra alumna, son increibles, es una pena que quieran quitarnos la educación de adultos.

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